La reflexión de hoy va dedicada especialmente a los niños. Decía el Papa Francisco que los niños son una riqueza para toda la Iglesia, para todas las familias, para toda la sociedad.

Paulo Cohelo nos dice que un niño puede enseñar tres cosas a un adulto: a ponerse contento sin motivo, a estar siempre ocupado con algo y a saber exigir aquello que desea.

Un niño siempre está alegre, siempre está feliz. Esa alegría que brota de lo más profundo de su interior es lo que nosotros en estos días tenemos que aprender. Además, los niños siempre quieren jugar, siempre quieren estar entretenidos, siempre tienen ilusión. Tenemos que saber valorar cómo ellos interpretan y llevan a cabo esa ilusión, esa esperanza. Por último, hemos de tener en cuenta que ellos tienen muy asumido el valor de la tenacidad. Siempre se esfuerzan por conseguir lo que desean. Aprendamos de esa fortaleza y apliquémosla durante este tiempo de cuarentena.

En estos días se están ofreciendo Catequesis utilizando los diversos medios de difusión social. A veces nos empeñamos en que los niños tienen que memorizar, como si fueran reglas nemotécnicas, determinados contenidos. Siguiendo la lectura de hoy del Libro del Deuteronomio, nosotros hemos de enseñar los Mandamientos de la Ley de Dios, que no son un conjunto de leyes impositivas, sino un camino que libera y que nos acerca a Dios, con una pedagogía que ha de nacer desde el corazón, desde nuestra experiencia.

Hemos de ser conscientes de que Dios nos sigue bendiciendo en los niños. Quien cumpla y enseñe los Mandamientos será grande en el Reino de los Cielo. ¿Y de quién es el Reino de los Cielos según Jesús? De los niños, de los que se hacen como ellos.

Si queremos en estos días transmitir tranquilidad, sosiego, ternura, paz… aprendamos a sonreír a los niños:

«Observando, jugando, compartiendo y aprendiendo con los niños sabremos el valor de esa sonrisa.» (Madre Teresa de Calcuta).

Dale al play para escuchar la reflexión completa.

Audio: Iván Bermejo, Párroco de San Marcos, Alcalá de Henares.

3 Replies to “Meditación Día 4: Sonríe como un niño”

  1. Me siento bendecida.Tengo a mis nietos a mi lado.tengo a mi nieta mi tesoro que es mi alegria de cada dia…gracias Dios por este regalo
    Gracias padre Ivan.Un dia mas de alegria con sus palabras .
    Hasta mañana

  2. Quiero expresar mi agradecimiento por esta iniciativa de acompañamiento espiritual en estos momentos difíciles, con cuya reflexión finalizo el día sintiendo vuestra compañía como hermanos y pidiendo a Dios que nos proteja.

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