Dada la triste situación que estamos viviendo, hoy más que nunca, se nos invita a vivir poniendo la mirada en Jesús. Hay que tenerle en cuenta para que nos ayude. Recordamos estas preciosas palabras: «Pedid y se os dará», «buscad y hallaréis», «llamad y se os abrirá». Sabemos, por tanto, que quien pide, recibe; quien busca, halla y a quien llama, se le abre.

Decía Severo Catalina que «la Esperanza es un árbol en flor, que se balancea dulcemente al soplo de las ilusiones». No se ha de perder ninguna de esas flores porque haya un viento impetuoso. Y para que ninguna flor se pierda, es necesario que los mensajes que nos mandemos estos días con nuestros amigos, familiares, compañeros de trabajo… infundan ilusión, cariño.

Nosotros como discípulos del Señor, hemos de decir un sí a la compasión, a la Misericordia, al Amor. Es ahí donde hemos de encontrar nuestra fuerza, es ahí desde donde hemos de llamar a la Esperanza.

San Juan Bosco decía que «no hay nadie huérfano en este mundo». Dios quiere que sigamos viviendo, que sigamos acompañados. 

Elevemos nuestra oración a Jesús diciendo: Jesús confío en ti, Señor dame fuerza. Seamos en estos días tan duros transmisores de Esperanza, del Amor de Dios.

Dale al play para escuchar la reflexión completa.

Audio: Iván Bermejo, Párroco de San Marcos, Alcalá de Henares.

2 Replies to “Meditación Día 2: «la Esperanza que no defrauda nunca»”

  1. Es bueno no instalarse en el pesimismo nunca por mala que sea la situación, siempre se aprende algo de las peores experiencias. Un saludo.

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