Lucha entre civilizaciones
Protagonizada y producida, en parte, por Angelina Jolie,en el papel de Maléfica, ha llegado a nuestras pantallas la tan ansiada, por muchos, segunda parte del cuento, transformado y ampliado, que la factoría Disney en formato de cine de animación realizó, en los años 60, acerca de una joven que hechizada por el uso de una rueca duerme esperando al príncipe azul que la desencante con un beso, fruto del amor verdadero.
En esta ocasión, el noruego, Joachim Ronning, nos embarca en una aventura que supera, con creces, el argumento y realización de la primera entrega del mismo nombre. Y aunque ha decepcionado a muchos, se ha convertido en la primera semana de proyección en número 1 en las listas de EE.UU superando, incluso, a Phoenix y su «Jocker».
En esta ocasión, acompañan a la protagonista actores como Elle Fanning en el papel de Aurora; Michelle Pfeiffer, como madre malvada del príncipe amante y Harris Dickinson, el pretendiente enamorado de la joven Reina de la ciénaga mágica.
Aurora y Maléfica, dos seres llamados a entenderse pero muy distintos entre sí. Dos visiones de un mundo mágico, variopinto y original, en sí mismo, pero contrapuesto, constantemente, en lucha por ser representativo de dos cosmovisiones que acompañan al ser humano, desde el inicio de los tiempos: el bien y el mal; lo positivo y lo negativo; la belleza y la fealdad. En definitiva, los dos caminos y la opción personal por elegirlos así como las consecuencias que se deriven de esa elección.
Un estudio realizado por Elena de la Cuadra y Giuseppina Bonerbe, desde diversos ámbitos académicos (Universidad Complutense de Madrid y Universidad de Perugia), han profundizado en los dos personajes principales. Por una parte, Maléfica, a la que califican de «divinidad andrógina», pues en ella se combinan dos realidades que encarnan los ideales de bondad y maldad. Por un lado, las alas, representativas de los ángeles, por otro, los cuernos, de color negro que evocarían la figura del diablo.
En el personaje de Aurora se definirían, de modo más concreto, los rasgos que acompañan la visión positiva en la Bondad, la Belleza y la Inocencia; realidades que quedan plasmadas, en toda su extensión, desde el inicio de la película.
Si logramos profundizar en los mensajes que pretende definir el argumento de la cinta, encontramos significado, claramente, la lucha entre civilizaciones y su efecto no inmediato, «la guerra no es la solución a los problemas entre civilizaciones».
Lo que nos interpela como consecuencia de la primera reflexión queda definido en un término de marcada actualidad: Convivencia. Es posible convivir si hay voluntad para hacerlo. Si se quiere superar las dificultades, con altura de miras, será más fácil el encuentro y la solidaridad entre todos.
Por último y muy ligado a lo anterior, aún tratado desde diversas ópticas, surge una afirmación casi absoluta que da sentido a todo el film, pero que aparece presentado al final del mismo: «el amor es capaz de vencer el mal».
Si este argumento es servido al espectador con la música del premiado como mejor compositor musical en Miniserie, Geoff Zonelli, conocido por trabajos musicales en: «Piratas del Caribe» y «The Pacific», entre otros, y sabemos adentrarnos en la esencia de la película misma, tendremos no sólo un buen trabajo para pasar una tarde distraída de cine, sino que habremos aprovechado el tiempo reflexionando y profundizando en algunas de las cuestiones existenciales que acompañan al ser humano, con mayor o menor incidencia, en su vida cotidiana.
Muy Interesante.
Iván Bermejo.