La risa es un ejercicio corporal valioso para la salud. (Atribuido a Aristóteles. II libro de poética).
Tan solo necesitó el director de cine, Jean Jacques Annaud, seis años, para llevar a la gran pantalla una novela de misterio e intriga escrita por un profesor de Universidad y Filósofo Italiano llamado Umberto Ecco en la recién inaugurada década de los 80.
Annaud comenzaría a ser conocido y respetado en el mundo del Séptimo Arte gracias a este trabajo, al que seguirían otros singulares e interesantes como: «El Oso»(1988), «Siete años en el Tibet» (1992) o «El último lobo» (2015), entre otros.
Esta cinta tuvo un reconocimiento interesante en el mundo del cine pues obtuvo un Premio César a la mejor película extranjera, el Premio del cine Alemán al mejor actor principal, junto con el Premio Bafta que recaen en la misma persona, un extraordinario Sean Connery en el papel del inteligente y perspicaz franciscano Guillermo de Baskerville. Por último cabe mencionar, el Premio Médicis Extranjero, para el propio autor de la novela Umberto Ecco.
Sería el por tres veces Oscarizado, Dante Ferretti, Director Artístico Italiano «El aviador»(2004), » Sweeney Todd» (2007), «Hugo» (2011), el encargado de localizar los exteriores donde se rodarían las escenas de este filme: una colina cercana a Roma y el maravilloso y enigmático, por su presencia e impronta artística, Monasterio Eberbaj (Antigua Abadía Cisterciense cerca de Eltville am Rheim en el Rheingau, comarca cultural y vinícola del Fin en Alemania).
Con un reparto extraordinario encabezado por Connery en el papel de Guillermo de Baskerville, como prototipo del diálogo desde la razón y la sabiduría con la Fe, liberada esta de supersticiones, hasta un F. Murray Abraham, actor Estadounidenses de ascendencia Siria e Italiana conocido por su papel como Salieri, rival de Mozart, en la película de Milos Forman, «Amadeus» (1984), de carácter irascible e intratable, tanto en la vida real como en su interpretación, en el papel del plenipotenciario inquisidor Dominico, Bernardo Guy.
Pasando por Christian Slater en el papel de novicio franciscano, Azzo, aprendiendo de su maestro y descubriendo la vida desde la admiración por la belleza, en duelo con su vocación religiosa, a través de la mujer, (Valentina Vargas) que se presenta, ante él, fascinándole e interrogándole desde el amor y la pasión en búsqueda de una respuesta definitiva.
La película, entretenida y sugerente, nos hace reflexionar y pensar más allá de lo que ven nuestros ojos. Nos invita a sobreponernos a lo aparente para introducirnos en un modo de vida que, históricamente, se centra en el Medievo y que nos recuerda el grave problema de una sociedad estamental donde hay un pueblo llano que sufre, pasa hambre e intenta malvivir sometido a un gran poder feudal representado en el gran Señor Feudal, el Abad, que es quien decide cuándo y qué comen sus vasallos.
La cultura será otro elemento interesante a destacar a lo largo del transcurso de toda la película. Un saber exclusivo, de unos pocos, en este caso, de los monjes que copian los manuscritos en el Scriptorium de la Abadía, con gran sigilo y misterio. La biblioteca será el gran tesoro del lugar a la cual solo tendrán acceso unos pocos elegidos, pues allí se encuentran «libros prohibidos». Resulta curioso pensar cómo, en pleno siglo XXI, todavía existen personas e Instituciones que siguen pensando y ejercitando estos modos de actuar.
La Inquisición y sus prácticas. La brujería y la hechicería, las prácticas demoníacas y el satanismo perseguidas por estos tribunales eclesiásticos que condenan, inmisericordemente, a las personas sospechosas de estas prácticas, tras juicios tenebrosos e interminables, algunos de ellos ridículos, cuyos resultados son la tortura y la hoguera en la mayoría de los casos. Inquisición que pierde toda la esencia y motivo para lo que fue creada y que va derivando hacia un precipicio como después la Historia ha demostrado. Una etapa vergonzante para la Historia de la Iglesia.
Resulta de interés conocer la vida de una abadía en esa etapa histórica, lugar tenebroso, lúgubre, modus vivendi para hombres sin vocación, lugar de refugio para personas estigmatizadas socialmente, residencia de la desconfianza y de la falta de sintonía con el mundo del momento, espacio de fanatismo y alimento del miedo en tono apocalíptico hasta la inseguridad del futuro. La antítesis de un lugar de oración y de desarrollo personal de vocación a la vida contemplativa.
Por último he de señalar la interpretación de Feodor Chaliapin Jr., en el papel del venerable Jorge, religioso benedictino, anciano y ciego que mantiene una discusión con Fray Guillermo de Baskerville, en torno al concepto de la «risibilitas» («la risa»). Es un claro guiño a uno de los dos libros prohibidos del momento sobre el que, aún hoy en día, se cierne una leyenda. Se trata del segundo libro de Poética, atribuido a Aristóteles, del cual nunca se ha visto ningún ejemplar.
Si es cierto que, en el siglo X, en el Monte Athos (Grecia) se descubrió un manuscrito llamado «Tractatus Coislinianus» que trata sobre la risa que suscita la comedia y que provoca la catarsis de la línea poética.
No sabemos si esta obra puede atribuirse o no a Aristóteles, lo que sí puedo deciros es que el misterio continúa, en este sentido, y que la risa nunca puede ser declarada como contraria al ser humano pues es una nota propia y constitutiva de la persona.
Riámonos, de vez en cuando, es un buen ejercicio para el alma.
Muy recomendable para cursos a partir de 2º de ESO; vídeo forum; jóvenes y adultos.
Iván Bermejo.
Ejemplar, amena y muy instructiva crítica, que «magnifica» luminosamente la factura y mensaje de la película, análisis que comparto totalmente!…es una gran película y una novela «modélica «…
Una lectura impresionante de una película que sin duda es una de las mejores de la historia, en muchos sentidos. La novela, la tengo pendiente de leer, siempre la tengo aparcada, pero después de hoy, sin duda será el próximo libro que comience. Gracias por tus enseñanzas Ivan.
No leí la novela pero doy por hecho que está bien. Si vi la película y me gustó. Pero hay que reconocer que el planteamiento está muy cogido por los pelos, es muy poco creíble. No es lógico que el venerable Jorge prefiere envenenar el libro en vez de directamente destruirlo. Sus explicaciones no me convencen. No tiene sentido que un monje cristiano prefiera el asesinato a la destrucción de un libro. En ese sentido es una novela con pies de barro, tramposa.