¡No todo vale! Necesidad de establecer unos criterios básicos para implementar el cine en el contexto educativo.
Partamos de un principio fundamental que todo docente ha de observar…. la película que se propone en el aula no tiene que servir para ocupar un tiempo o para prescindir de una o dos horas de clase.
Lo que se proponga a los alumnos ha de estar siempre preparado con delicadeza y esmero, por parte del maestro o del profesor, y debe de tener una orientación clara y concreta. La pregunta que hemos de hacernos es la siguiente: ¿Qué pretendemos con la película que vamos a presentar en el aula?
No todo ha de servirnos; no todo lo que cae en nuestras manos es adecuado; no todo lo que se proyecta en los cines posee un contenido pedagógico que pueda ayudarnos en nuestra tarea.
A lo largo de mis años de docencia directa he podido ver y escuchar cómo compañeros, en el ejercicio del acompañamiento como educadores, han hecho una selección deficiente de lo que proponían a los alumnos en cuanto a cine se refiere, desvirtuando este recurso sobremanera y en no pocas ocasiones, generando aburrimiento, falta de motivación, confusionismo o incluso rechazo hacia un arte que es un instrumento perfectamente válido en el aula para poder soportar y ayudar el contenido que se estudie en cada momento.
Pasos a seguir:
1.- Observamos el tipo de aula en el que nos encontramos.
2.- Características del alumnado.
3.- Motivaciones que nos conducen a proponer una película.
4.- Preparación y coordinación de esa película con el tema o tema contemplado en la Programación de aula.
5.- Será necesario poder realizar un planteamiento base para que queden reflejadas estas películas, tanto en su catalogación por edades y niveles como lo que se pretende con ellas, en la PGA.
6.- Realización de una ficha de la película y justificación de la misma por parte del maestro o profesor de la materia.
7.- Conducir a los alumnos por algunos de los temas que se quieran tratar, posteriormemente, todo ello con una claridad de ideas y principios por parte de quien dirige cada sesión.
8.- Resulta muy conveniente tratar y desarrollar el tema principal y los temas secundarios. El análisis de los personajes y los valores y contravalores que presente el trabajo fílmico.
9.- Al inicio de cada sesión hay que recordar, brevemente, en el caso en el que no se hubiera podido terminar con la proyección, lo que se ha estado visionando hasta el momento y canalizar lo que se presenta de forma normal hasta el momento.
10.- Suscitar el diálogo posterior con los alumnos para tratar sobre el motivo por el que se ha realizado la propuesta e identificar aquellas cuestiones que se pretende con el recurso, así como su análisis de forma interactiva entre el profesor y los alumnos y entre los propios alumnos.