¿De qué sirve confesarme si no me arrepiento? (El Padrino III, 1990)
La iniciativa de crear este espacio surge de la necesidad de encontrar sinergias entre el mundo educativo y el séptimo arte, el cine. El autor de este blog, Iván Bermejo, además de ser sacerdote y poseer una amplia formación en el ámbito del cine, ha ejercido como docente de la asignatura de Religión Católica (ERE) durante más de 15 años, incluyendo siempre en su metodología este elemento como recurso pedagógico.
Llegados a este punto y tras pasar por un periodo de excedencia laboral no querida, sino obligada por circunstancias (los docentes con vocación pueden entender la necesidad de estar vinculado, en la medida de lo posible, con aquello que consideran no como un trabajo, sino como parte de su vida), surge la iniciativa de crear un espacio donde poder aportar algo más que una visión crítica de las películas que han sido un éxito de taquilla, sino recomendar, desde un un análisis más profundo, aquellas que pueden aportar un valor añadido al mundo educativo.
Siendo conscientes de la importancia y la influencia que han alcanzado las redes sociales prácticamente en todas las etapas de la vida, decidimos que la mejor forma de expresar y compartir contenidos era a través de un blog. Facebook, Twitter o Instagram, incluso Youtube, son escaparates para mostrar a los demás un aspecto superficial de lo que realmente somos, sin embargo, un blog permite invitar a las personas a que entren en nuestra casa, en nuestro hogar. Y un hogar es mucho más que proyectar una apariencia, es el lugar donde todos nos mostramos tal y como somos, el lugar de reunión, de discusión, de crecimiento personal.
Así, se convierte en imprescindible que el objetivo sea ofrecer un espacio donde tanto personas vinculadas con el mundo educativo como aquellas que busquen algo más que disfrutar de una buena película, encuentren en este humilde espacio una nueva forma de leer, de ver, de aprender y de enseñar.
«¿De qué sirve confesarme si no me arrepiento?» es una de las célebres citas del Padrino III, a lo que yo añado: ¿de qué sirve incluir el cine en el aula sin una estrategia pedagógica? Como creadora de este espacio os invito a la reflexión y os animo a incorporar dentro de las metodologías educativas este elemento, sin dejar de tener en cuenta la importancia de planificar y fijar objetivos. No olvidéis que el cine es una buena herramienta para trabajar contenidos transversales y competenciales, a la vez que se fomenta el espíritu crítico tan poco valorado en la actualidad.
Os animo a participar dejando vuestros comentarios y si la experiencia es positiva, compartid los contenidos con vuestros amigos, compañeros…
Mónica de las Heras.